Jota de Picadillo
ENTIERRO DE LA SARDINA
- Ánimas benditas-
Escritas por Cándido Del Álamo. Recordadas y cantadas por su hija Juliana
Quitate de esa ventana
Cara de sardina frita
Que le vas a dar un susto,
Y a las Ánimas Benditas
A las Ánimas Benditas
Quitate de esa ventana
Cara de limón podrido
Quitate de esa ventana,
Cara de limón podrido
Le pareces a mi gato
Cuando está descolorido
Cuando está descolorido
Quitate de esa ventana
Romances, Coplas de carnaval, Jotas de picadillo...
CARNAVAL: Hermandad de las Animas Benditas, mascaritas y el Entierro de la sardina ó de la abuela
La Hermandad de las Ánimas Benditas en el Carnaval
Un elemento clave en esta celebración es la Hermandad de las Ánimas Benditas, que tiene un papel importante tanto en el carnaval como en las tradiciones religiosas de la región. Esta hermandad, que es la más antigua en nuestro pueblo, se encarga de honrar a las almas de los difuntos y, en el contexto del carnaval, contribuye a la atmósfera festiva y de recuerdo que la celebración no solo es una fiesta, sino también un homenaje a aquellos que han partido. En unos días trataremos este tema junto con el Entierro de la Sardina 2025con más detenimiento.
El Carnaval en Quero siempre ha tenido una seña de identidad: las mascaritas. Disfrazados con batas, sayas, cortinas, mandiles y trajes antiguos de abuelos y abuelas, recorrían las calles con el rostro cubierto, cambiando la voz y desafiando a los vecinos con la eterna pregunta:
"¿A que no me conoces?"
Las esquinas del pueblo, como la de las Cuatro Calles en la del Pozo, se convertían en escenarios de intriga y juego, donde la gente intentaba adivinar quién se escondía tras los disfraces. Llevaban un palo de escoba o garrota, que usaban para repartir bromistas "garrotazos", provocando risas y alboroto.
Durante la dictadura de Franco, el carnaval estuvo prohibido, pero en Quero la tradición resistió. Las mascaritas esquivaban a la Guardia Civil escondiéndose en casas y cuadras, manteniendo viva la fiesta de forma clandestina.
Las mascaritas se cubrían el rostro con trapos, sábanas viejas, velos o máscaras rudimentarias. Se metían en las casas de conocidos, dejando asombro y, a veces, miedo ante la sorpresa y enigma; bailando sin revelar su identidad. Si los guardias aparecían, corrían a esconderse en casas de vecinos o amigos, o a escaparse por las portadas de los corrales, tinás o sarmenteras a otras casas vecinas. Sabían que, si los descubrían, les llevaban al cuartel para una multa, reprimenda o castigo pero las ganas de diversión y la emoción del juego eran más fuertes que el miedo.
El recuerdo del Tío Mundo, alma del Carnaval y la Peña.
En cada pueblo había un personaje icónico, alguien que mantenía viva la llama del carnaval. En Quero (Toledo), ese espíritu tenía nombre: el Tío Mundo. Siempre dispuesto a disfrazarse, a encabezar la fiesta, a desafiar la prohibición con su ingenio y alegría. Nadie vivía el carnaval como él, con esa mezcla de picardía y ternura que hacía reír a todos.
El Tío Mundo se vestía con las máscaras más insólitas, cambiaba la voz para que nadie lo reconociera y, cuando llegaba el Entierro de la Sardina, lloraba con tanto dramatismo que terminaba contagiando a todos… de risa.
Con la democracia, el Carnaval evolucionó y aparecieron las peñas y comparsas, como la Peña "Los Salaos", fundada por Jesús Polo, el fontanero. Daban vida y alegría al pueblo. Se empezó a participar en desfiles y carrozas, llevando la alegría de Quero a Villafranca, Toledo y hasta Madrid.
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Encarni Encinas, Alfonsi Corrales |
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Encarni Encinas y Celes Toledo |
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Encarni Encinas |
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De Cíngaros, grupo Peña "Los Salaos" |
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Amparo Encinas con la pancarta de la Peña en Toledo |
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Encarni Encinas |
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Luisa Campos y Encarni Encinas |
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Encarni Encinas |
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Ignacia Cabañas y Encarni Encinas |
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Silvestra Toribio y Encarni Encinas |
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Silvestra Toribio y Encarni Encinas en Ciudad Real |
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Encarni Encinas en Villafranca de los Caballeros |
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Encarni, Silve, Sagrario Rodriguez y Manuela |
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Amparo Encinas
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Silvestra Toribio y Encarni Encinas
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Carnaval y entierro de la sardina o de la abuela
Si hay algo que ha permanecido inmutable en el Carnaval manchego es el Entierro de la Sardina, o como lo llamamos en Quero, el Entierro de la Abuela.
Simboliza el final de los días de alegría y desenfreno del Carnaval y el inicio de un periodo de ayuno y penitencia, característico de la Cuaresma en la tradición cristiana. Entre la burla y la sátira, en Quero, la sardina —o la abuela— es acompañada entre lloros fingidos, sollozos exagerados y escenas teatrales de duelo. A diferencia de los días de Carnaval, en la procesión de la sardina o "abuela" no se procesionaba cantando, sino llorando y exclamando "¡qué pena, que se me ha muerto mi abuela!", fingiendo tristeza mientras se reían a escondidas, con la gente vestida de luto absoluto, con velos, capas y sombreros; mientras que durante el Carnaval, las calles se llenaban de jotas de picadillo, coplas y canciones compuestas por Juanito Bielsa Páez (Juanito, el tuerto), como la de "Pobre patita", que se cantaban de esquina a esquina.
porque siempre pienso igual
solo pienso en divertirme
lo que siento es que los años
tenemos a Fortuna en rueda
y el que sigue es Aguilar
que son buenos consejeros
y por todos mirarán (esos eran los alcaldes de Quero)
Basi Arellano explicando el carnaval con Juanito Bielsa Paez y sus
coplas: "La gallina y el gallo", "Por la orillita va la patita", y otras...
Así, entre disfraces, coplas y llantos fingidos, Quero mantiene vivo su carnaval, donde lo nuevo y lo antiguo conviven, y donde siempre habrá una mascarita preguntando con picardía:
"¿A que no me conoces?"
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