PROYECTO PARA EL COLEGIO PÚBLICO SANTIAGO CABAÑAS: 

"DESCUBRIMOS NUESTRO PUEBLO: QUERO. TIERRA DEL QUIJOTE Y ALMA DE LA MANCHA".

Noviembre - CAPÍTULO 2

HISTORIA DE QUERO

Un viaje por el tiempo y la memoria de La Mancha

Nota introductoria

La siguiente redacción se basa en la obra “Quero, una villa manchega en la historia”, escrita por Alfonso Ruiz Castellanos, cronista oficial de nuestro pueblo. Su encomiable labor de investigación permitió rescatar y preservar la memoria histórica, el origen y la evolución de Quero, ofreciendo un valioso legado que nos ayuda a comprender mejor nuestras raíces y nuestra identidad

 


🔸 Prehistoria y Antigüedad en Quero

  

🔸 Paleolítico (ca. 500.000–10.000 a.C.)

Los primeros habitantes de Quero aparecen junto al río Cigüela y la Laguna Grande, zonas fértiles y con agua.
Utilizaban herramientas de piedra tallada —bifaces, hendedores y raederas de cuarcita— halladas en terrazas fluviales y campos cercanos.
Durante el Paleolítico Medio (Musteriense), grupos de neandertales aprovecharon los recursos naturales, dejando numerosos restos de sílex en la zona.
Con el Paleolítico Superior, los fríos glaciares provocaron una despoblación temporal de la comarca.

🔸 Neolítico y Eneolítico (IV–III milenio a.C.)

Con el cambio climático y la llegada de pueblos agricultores y pastores, se produce la primera colonización estable de La Mancha.
Se asientan en pequeñas elevaciones con agua cercana —Cerro de San Cristóbal en Quero, “El Pico” (Criptana), “Pozo de Ambrosio” (Alcázar)—, donde levantan chozas circulares y fabrican cerámicas a mano y útiles de sílex.

En Quero destaca el taller prehistórico de San Cristóbal, importante centro de extracción y talla de sílex o pedernal, que abastecía a los poblados vecinos.
Las piezas halladas (raspadores, cuchillos, perforadores, molinos de mano) evidencian una economía agrícola, ganadera y artesanal.

🔸 Edad del Bronce (II milenio a.C.)

Llegan nuevas gentes con cultura argárica y megalítica, que construyen poblados fortificados en colinas (“castellones”, “morras”) y llanuras (“motillas”).
En la comarca se documentan varios de estos asentamientos: Cerro de San Cristóbal (Quero), “Los Romeros” (Alcázar), “Villajos” (Criptana) o “Cerro Gordo” (Lillo).
El de San Cristóbal muestra restos de cerámica hecha a mano y herramientas agrícolas de sílex, confirmando su papel como cantera y taller comarcal.
Estas comunidades se organizaban en clanes familiares, con economía agroganadera y rituales de fertilidad vinculados a la tierra y la fecundidad.

 

🔸 Final del Bronce e inicios del Hierro (s. XIII–VIII a.C.)

Hacia finales del II milenio, muchos poblados se abandonan o trasladan a zonas más bajas y fértiles.
Nuevas influencias indoeuropeas (celtas) y coloniales (fenicias y griegas) transforman su cultura, introduciendo el uso del hierro, la cerámica al torno y nuevas formas de comercio y organización.

🔸 Cultura Íbera (s. VI–II a.C.)

 
Surge la cultura ibérica carpetana, fruto de la fusión entre los pueblos locales y las influencias mediterráneas.
Se fundan poblados fortificados (oppida) en lugares estratégicos como Criptana (Alces) o Herencia, y aldeas agrícolas como Quero (Karn o Karo), situada en Quintanarejos.
En Quero se han hallado cerámicas pintadas con bandas rojas y motivos geométricos, típicas del estilo ibérico, junto con un amuleto fálico de bronce, símbolo de fertilidad.
La población vivía de la agricultura, ganadería y la extracción de sal de la Laguna Grande.
Políticamente, dependía de los régulos o jefes locales de Alces, dentro del territorio carpetano.

🔸 Conquista Romana (s. III–I a.C.)


Entre los siglos III y II a.C., Quero —entonces Cairo o Karo— quedó envuelto en las guerras entre Cartago y Roma.
Tras la victoria romana sobre los cartagineses, el general Graco conquista Alces (Criptana) y somete toda la Carpetania (180 a.C.).
Los romanos reorganizan el territorio desde Consuegra (Consabura), que pasa a ser centro administrativo y militar.

🔸 Romanización (s. I a.C.–IV d.C.)

Durante el Imperio, el territorio se romaniza completamente.
La antigua aldea ibérica evoluciona hacia un vicus (pueblo rural) atravesado por la calzada romana Cartagena–Titulcia, que unía Criptana, Quero y Villacañas.
Surgen villas agrícolas (fundus) dedicadas al trigo, viñedo y ganadería, cuyas ruinas se encuentran en La Tejera, Pozo Ambrosio y el Cigüela. En las proximidades de la Casa del Oro se han encontrado restos de una villa agrícola romana, testimonio de una intensa actividad agraria y comercial.

Las salinas de la comarca y la explotación del lapis specularis (yeso cristalizado utilizado para ventanas y decoraciones) se convirtieron en recursos muy valiosos 

De este periodo se conservan restos de tejas, terra sigillata, mosaicos y monedas.

En el siglo IV, con la crisis del Imperio, las pequeñas propiedades rurales pasan al control de grandes latifundistas, creando una sociedad de colonos y señores que preludia el sistema feudal medieval.

 

EDAD MEDIA

 🔸Período visigodo (409–711)


 


Tras la caída del Imperio Romano de Occidente  en el año 476 d.C., Quero —entonces un pequeño asentamiento rural heredero de los “fundus” romanos— sufríó  invasiones de vándalos y alanos. Con los visigodos se estabiliza el territorio.

Durante los siglos VI y VII, el territorio siguió habitado, y en el paraje de Los Altos, donde hoy se levanta la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves, se asentó una comunidad visigoda.

Era un cruce de caminos y veredas, y allí se halló una placa de cancel visigoda bellamente tallada, una de las piezas más notables de la provincia de Toledo, hoy custodiada en el Ayuntamiento de Quero.

Este hallazgo confirma la importancia religiosa y cultural del enclave en época visigoda cuya capital era TOLETUM

Este periodo duró hasta el año 711, cuando los musulmanes invadieron la península y comenzó una nueva etapa histórica.

🔸 Período musulmán (711–1078)

 

La aldea mozárabe-bereber de Kero. La vida en la Frontera Media

Tras la conquista islámica del año 711, la comarca de La Mancha pasó a formar parte de la kūra (distrito) de Toledo (Ṭulayṭula).
Entre los siglos IX y XI, Quero —entonces llamada Kero o Qayru— era una pequeña aldea rural mozárabe-bereber, situada dentro de la Frontera Media, una amplia zona de contacto y convivencia entre Al-Ándalus y los reinos cristianos del norte.

Sus habitantes, campesinos mozárabes (cristianos hispano visigodos que aceptan el dominio musulmán pero mantienen su religión y costumbres, pagando impuestos especiales como la yizia) y familias bereberes asentadas tras la conquista, se dedicaban principalmente a la agricultura y el pastoreo. Gracias a los sistemas de riego que introdujeron los árabes, la zona de la actual  Mancha, se convirtió en zona  ideal para el cultivo del azafrán. Era muy valorado como especia, colorante, y medicina
La vida en Kero era sencilla pero activa, marcada por las labores del campo y la vigilancia constante ante posibles incursiones fronterizas.

🔸 Reconquista y primeros repobladores (1078–1212)

 

La Reconquista y los primeros repobladores quereños (1078-1212)


Durante los siglos XI y XII, los habitantes de Quero y su comarca vivieron tiempos especialmente duros. Las razzias o incursiones devastadoras, la destrucción, el cautiverio, la miseria y el hambre formaban parte de la vida cotidiana en medio de las continuas guerras entre musulmanes y cristianos del norte.

En aquella época, Quero era una pequeña aldea dentro del alfoz militar del castillo de Consuegra, una plaza asediada repetidamente entre 1078 y 1085, año en que finalmente fue conquistada Toledo, la capital del reino taifa.

En 1078, el rey castellano Alfonso VI firmó un acuerdo con el rey de Sevilla, Al-Mutamid, a quien había ayudado en la conquista de Murcia. Este pacto permitía al monarca musulmán invadir el sur del reino toledano, con el objetivo de inmovilizarlo y facilitar así la conquista de Toledo. Como consecuencia, las tropas sevillanas invadieron la parte sur de La Mancha, arrasando los territorios con sucesivas algaradas. La violencia fue tal que el gobernador de Calatrava envió una carta al rey Alfonso VI lamentándose de los daños y pidiéndole que pusiera fin a tales destrozos.

Parece que Consuegra fue tomada en 1083, quedando bajo influencia cristiana y, en parte, del rey de Sevilla hasta 1090. Sin embargo, con la llegada de los almorávides a la Península, llamados en ayuda por el reino de Badajoz, Al-Mutamid tuvo que replegarse y pactar nuevamente con Alfonso VI. El rey castellano consolidó entonces su dominio sobre el sur de La Mancha mediante su unión con Zaida, viuda y señora de Almodóvar, quien aportó como dote varios castillos, entre ellos Consuegra, Mora, Uclés, Huete y Cuenca.

Pese a ello, el avance almorávide fue imparable: Consuegra y su alfoz cayeron de nuevo en poder musulmán en 1097.

A mediados del siglo XII, el debilitamiento del imperio almorávide permitió a los cristianos retomar su ofensiva. Hacia 1146, el rey Alfonso VII reconquistó la comarca, iniciando una política de donaciones de plazas a sus vasallos para que repoblaran y defendieran los territorios conquistados. Así, en 1150, entregó Consuegra a Rodrigo Rodríguez y Alcázar a Juan Muñoz.

Esta política continuó con Alfonso VIII, quien en 1162 realizó las primeras donaciones a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén en La Mancha: las villas de Chitrana (Criptana), Villajos, Kero (Quero) y Atarez (Tirez, en Villacañas), junto con sus tierras y pertenencias.

En ese momento, Alfonso VIII era aún un niño de seis años, y las luchas entre las familias nobles de los Lara y los Castro influían en estas decisiones. Los Lara, cercanos a la Orden de San Juan, promovieron la donación para ganarse su apoyo. Ese mismo año, la Orden entregó las cuatro villas al caballero mozárabe toledano Miguel Asarrafí, para su administración y repoblación con sus vasallos.

De este modo, los primeros repobladores cristianos de Quero, hacia 1162, fueron toledanos vasallos del mozárabe Miguel Asarrafí. Algunos topónimos actuales, como El Donadío (zona que correspondería a las tierras prestadas a Asarrafí) o la calle del Toledillo, parecen conservar el recuerdo de aquella repoblación.

Un dato significativo es que ya en el siglo XII el lugar aparece documentado con el nombre de Kero (transcripción fonética del actual “Quero”), la primera referencia escrita conocida. Esto demuestra que el nombre no proviene, como dice la creencia popular, de “porquero”, sino de una denominación mucho más antigua.

En este periodo, Kero era una aldea vinculada al castillo de Alcázar y al alfoz de Consuegra, situada en un punto estratégico de la antigua calzada romana hacia Criptana y el norte, razón por la cual despertó el interés de la Orden de San Juan.

En 1171, la zona volvió a sufrir la inestabilidad provocada por las incursiones almohades, hasta que en 1183 se formalizó la donación definitiva del término de Kero a la Orden de San Juan, con sede en Consuegra. Este hecho fue confirmado por una bula papal ese mismo año. A partir de entonces, los territorios no volvieron a manos musulmanas, aunque siguieron sufriendo ataques esporádicos hasta 1212, cuando la batalla de las Navas de Tolosa puso fin al dominio islámico en la región.


RESUMEN:

Durante los siglos XI y XII, Quero fue una pequeña aldea dentro del territorio militar del castillo de Consuegra, en plena zona de guerra entre musulmanes y cristianos.
En 1162, el rey Alfonso VIII donó Quero (entonces Kero) a la Orden de San Juan de Jerusalén, que encargó su repoblación al caballero toledano Miguel Asarrafí.
Los primeros pobladores cristianos llegaron desde Toledo, asentándose en la zona del Donadío.
En 1183, una bula papal confirmó la donación definitiva, y Quero pasó a ser territorio sanjuanista.
Tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212), el lugar quedó definitivamente bajo dominio cristiano.

🔸 La Carta Puebla y el título de Villa de Quero (siglos XIII-XIV)

La Carta Puebla y el título de Villa de Quero (siglos XIII–XIV)

Tras el avance cristiano hasta el valle del Guadalquivir, Fernando III el Santo impulsó la repoblación de La Mancha. Para organizarla, las Órdenes Militares (San Juan, Calatrava y el Arzobispado de Toledo) acordaron la delimitación de sus territorios.

En 1241, Quero recibió su Carta Puebla, que marcó la segunda repoblación del lugar. Se establecieron unos cien colonos cristianos del norte, organizados en torno a la actual calle Empedrada, y se repartieron las tierras entre sesenta labradores y treinta artesanos bajo un sistema de cultivo alterno (año y vez). La Carta también regulaba hornos, tasas, privilegios fiscales y el reparto del término municipal.

Administrativamente, Quero dependió de Consuegra hasta 1359, cuando Pedro I le otorgó el título de Villa, concediéndole plena autonomía y jurisdicción propia.

Durante los siglos XIII y XIV, Quero fue tierra de pastos y salinas, atravesada por cañadas reales (Soriana y Conquense), vitales para la trashumancia y el comercio ganadero. La Mesta, fundada en 1273 por Alfonso X, reguló el uso de estos caminos.

Gracias a su situación estratégica y a la actividad agroganadera, Quero se consolidó como un centro de paso e intercambio.

🔸Siglo XV – Quero en tiempos de los Reyes Católicos (1474-1504)


Durante el siglo XV, Quero formaba parte del Campo de San Juan, territorio gobernado por la Orden de San Juan de Jerusalén, con sede en Consuegra.
Era una época de inestabilidad política y guerras entre nobles, que afectaban también a los pueblos manchegos. Las continuas luchas por el trono entre los partidarios de Juana “la Beltraneja” y los de Isabel la Católica trajeron inseguridad y despoblación.

Con la victoria de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, el reino logró por fin la unidad y la paz. Se fortaleció el poder real, se reorganizaron los territorios y se impulsó la repoblación rural.
En estos años, Quero comenzó a recuperarse, ampliando sus tierras de cultivo y atrayendo nuevos pobladores dedicados al trigo, la cebada y la ganadería.

En 1492, el reinado de los Reyes Católicos alcanzó su momento más decisivo: la toma de Granada, que puso fin a la Reconquista, y el Descubrimiento de América por Cristóbal Colón.
Aunque Quero no participó directamente en estas empresas, la prosperidad del reino y la apertura a nuevos mundos marcaron el inicio de una nueva era.

El siglo XV fue, para Quero, el fin de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna: 

🗓️ Fechas importantes

Año Acontecimiento

1162 Donación de Quero a la Orden de San Juan.
1183 Confirmación del dominio sanjuanista.
1240 División de la Orden entre Consuegra y Alcázar.
1241 Carta Puebla y repoblación definitiva.
1273 Creación de la Mesta y protección de las cañadas.
1359 Pedro I concede el título de Villa.
1474–1504 Guerras castellanas y reorganización con los Reyes Católicos.

Siglo XVI – Edad Moderna en Quero

  


En el siglo XVI, Quero formaba parte del Gran Priorato de San Juan de Jerusalén, un territorio gobernado por los caballeros de la orden militar con sede en Consuegra.
Durante los primeros años, hubo una guerra entre dos familias nobles, los Zúñiga y los Alba, que se peleaban por el mando del Priorato.
Para acabar con el conflicto, el rey Carlos I decidió en 1517 dividir el territorio en dos partes:
  • Priorato de Castilla, con sede en Consuegra.
  • Priorato de León, con sede en Alcázar de San Juan, al que perteneció Quero.
Más tarde, en 1566, ambas zonas se volvieron a unir.

 La Guerra de las Comunidades (1520–1521)

Poco después, en tiempos del rey Carlos I, muchas ciudades castellanas se rebelaron contra él porque estaban cansadas de pagar impuestos y de que mandaran consejeros extranjeros.
A este conflicto se le llamó Guerra de las Comunidades.
Sin embargo, Quero y las demás villas del Priorato se mantuvieron fieles al rey. Las tropas de la Orden de San Juan, dirigidas por Antonio de Zúñiga, ayudaron a derrotar a los comuneros.
Cuando terminó la guerra, comenzó una etapa de paz y prosperidad para la zona.


Crecimiento y economía

En 1517, Quero era una pequeña aldea con solo 34 vecinos, según escribió Fernando Colón (hijo de Cristóbal Colón).
Gracias a la paz, el pueblo fue creciendo y hacia 1575 tenía unos 200 vecinos.
La mayoría de la gente vivía de la agricultura y la ganadería: cultivaban trigo, cebada y criaban ovejas para obtener lana.
El río Cigüela movía siete molinos de agua, y existía un Pósito municipal donde se guardaba el trigo para ayudar en años de malas cosechas.

La población se dividía en tres grupos:

1. Hidalgos, familias nobles que no pagaban impuestos.
2. Campesinos o pecheros, pequeños propietarios y jornaleros.
3. Moriscos y esclavos domésticos, que trabajaban en el campo o en casas de familias ricas.

El pueblo se amplió con nuevas calles y llegó a tener unas 180 casas y un hospital de viandantes para atender a los pobres y viajeros.

Tras el Concilio de Trento (1545–1563), se reforzó la fe católica.
En Quero se comenzaron a escribir los registros parroquiales (bautismos y matrimonios), se crearon cofradías religiosas y se construyeron ermitas como las de San Cristóbal, Santa Ana y la Virgen de las Nieves.


📖 Sabías que...

El nombre “Quero” ya aparece en el siglo XII escrito como “Kero”, mucho antes de la idea popular de “porquero”.

La calle Empedrada sigue el trazado de la antigua calzada romana.

El topónimo El Donadío recuerda las tierras entregadas a Miguel Asarrafí.

 Siglo XVII

Fue un siglo de dificultades por sequías y crisis agrícolas, pero Quero mantiene su estructura rural.

La vida giraba en torno a la iglesia de La Asunción y a las ermitas, destacando Nuestra Señora de las Nieves, que se convirtió en centro devocional del pueblo.

La población era reducida, pero persistente, y se conserva la organización concejil y comunal heredada de la Edad Media.


 Siglo XVIII

Durante la Ilustración, Quero se incorpora a los procesos reformistas impulsados por la monarquía.

Se mejora la gestión agrícola, se amplían caminos y se registra su economía en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1751).

El pueblo contaba con Pósito, paneras, Casa Consistorial, molinos, carnicería, y escuela de primeras letras.

Las lagunas eran fuente de recursos naturales: sal, pesca y pastos, y el término municipal estaba densamente cultivado.


 Siglo XIX – Crisis y Transformación- El tren.

El siglo XIX fue una época de crisis y cambios profundos: guerras, desamortizaciones y la llegada del ferrocarril.

La Guerra de la Independencia (1808–1814)

En 1808 estalla la guerra contra Napoleón. Quero sufre saqueos y hambre. El pueblo queda arrasado y sus vecinos, empobrecidos.

Tiempos de Fernando VII y las Guerras Carlistas

Entre 1833 y 1840, durante la Primera Guerra Carlista, Quero vive nuevos ataques. La iglesia se convierte en fortín y muchos huyen por miedo.

La Desamortización y la pobreza

En 1855, la desamortización de Madoz pone en venta más de 10.000 fanegas de tierras comunales. Se incluyen en subasta la Laguna del Taray y la Laguna Grande, junto a eras y baldíos. Muchas fincas pasan a manos de forasteros y el Ayuntamiento pierde sus recursos.

El tren llega a Quero (1854)

La llegada del ferrocarril Madrid–Alicante cambia la historia del pueblo. El trabajo crece y se abre un camino hacia el progreso.

 Un pueblo que renace:  

En los últimos años del siglo XIX, Quero se recupera. Se levantan nuevas casas, se construye el cementerio y aparecen las viviendas-silo, donde viven familias humildes, mano de obra del ferocarril.

Siglo XX – Modernidad y Despoblación

      

El siglo XX comenzó con un máximo demográfico en 1940, con más de 3.200 habitantes.

La Guerra Civil (1936–1939) dividió al pueblo y dejó huellas profundas.

La posguerra trajo hambre y emigración hacia Madrid y otras zonas industriales.

Durante el franquismo, se construyeron la agrupación escolar, el cuartel de la Guardia Civil y nuevas infraestructuras.

En la democracia, Quero se benefició de los fondos de cohesión y se modernizó con nuevo Ayuntamiento, centro médico, polideportivo, piscina, Hogar del Jubilado y Casa de la Cultura.


Siglo XXI – Esperanza y Futuro

Quero conserva su estética manchega de fachadas blancas y añiles, su Laguna Grande, hoy espacio natural protegido y refugio de aves.

La población es multicultural y diversa, con nuevos cultivos como el pistacho, que representan la adaptación al cambio climático.

El Museo de la Palabra, inaugurado en 2009 en la Casa Palacio, es hoy símbolo de cultura y diálogo.

Quero mira al futuro con esperanza, apostando por la sostenibilidad, el turismo rural y la conservación de su patrimonio natural y humano.





RESUMEN  en imágenes


 











 
 



  










Comentarios

Entradas populares de este blog

QUERO: ENTRE EL AGUA Y LA SAL - 2 de febrero: Día Mundial de los Humedales. -

EL CERDO Y SAN ANTÓN

La Peña de la Mora y la Piedra Maravillosa de Quero (Toledo). Solsticio, fuego y agua: símbolos de fertilidad y equilibrio en la noche de San Juan