COPLAS DE LA VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE CRISTO (Basiliso castellanos Muñoz. Quero,1876)
COPLAS DE LA VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE CRISTO
(Basiliso Castellanos Muñoz. Quero,1876)
Del siglo XIX, el Conista de la Villa Alfonso Ruiz Castellanos nos recoge 162 coplas, de una temática religiosa (la vida, pasión y muerte de Jesucristo)
Fueron compuestas, en 1876, por Basiliso (Fernández-) Castellanos Muñoz (n-1831), a cuya familia (descendientes de Marcelo Castellanos López) debemos su conservación. El texto originario se escribió en forma prosificada. Su finalidad era ser cantado, en las celebraciones de la noche de "los mayos" (30 de abril) y la víspera de la Ascensión, por el propio autor y otros vecinos-amigos (Vicente Garijo, Francisco López, Juan Pedro Mora, Rosado López y Julián Bielsa), que menciona en la obra.
Basiliso, a sus 45 años, era un activo folklorista, pues componía coplas, cantaba y tocaba la guitarra; por ello no sería raro que fuera miembro de la rondalla quereña que participó en la boda de Alfonso XII; pues sus rasgos familiares y su edad coinciden bastante con el hombre maduro, cuarentón, de la referida foto-3; máxime si le asociamos, que la mujer que le acompaña, tiene un gran parecido fisico, con otras fotos familiares, de Petra López-Bustos Simón, su futura nuera, que entonces tenía 18 años.
La composición consta de 162 coplas, estructuradas en estrofas de cuatro versos que riman en los pares (2º y 4°), y quedando sueltos los impares.
Por su contenido, podemos dividirla en tres partes: una primera (1-68 coplas) con una presentación larga y redundante del tema central (la Pasión), con peticiones reiteradas de permisos y licencias, así como consejos educativos. La segunda (coplas, 69-123) desarro- lla la temática de la pasión y muerte de Cristo, según las estaciones del Vía crucis. Y la tercera (124-162) la forman un conjunto de "mayos" a las Imágenes religiosas de la loca- lidad (Virgen de la Antigua, de la Encina, del Rosario, de la Asunción, Purísima Concepción, del Carmen, de las Nieves, Soledad, Cristo de San Juan, Cristo Resucitado, San Sebastián, San Antón, San Agustín, San Antonio de Padua, San José, San Juan Evangelista y Santa Rita), así como coplas de despedida de objetos sagrados y ordinarios de la iglesia parroquial (como el reloj de la villa, ubicado en la torre).
Es curiosa la relación de advocaciones existentes en la parroquia, que difieren bastante de las actuales. Así mismo es interesante observar la mentalidad y el lenguaje cotidiano que se refleja en los múltiples versos, de esta escasísima muestra de nuestro folklore lirico, escrita en 1876.
COPLAS DE LA VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE CRISTO
(Basiliso Castellanos Muñoz. Quero, 9 de noviembre de 1876)
1
A la puerta de este templo
me acerco para explicar
la vida, pasión y muerte
del cordero celestial.
2
Diré para dar principio
de lo que voy a explicar,
sea bendito y alabado
el Sacramento del altar.
3
A la pura concebida
sin pecado original,
desde su primer instante
fue su ser natural.
4
A estos finos amantes
pido me den licencia,
para empezar a cantar
a la puerta de esta iglesia.
5
Para empezar esta obra
siempre bendito dirás,
cuando la hayas concluido
también te santiguarás.
(Si queréis saber señores)
6
Aunque gran discurso tenga
me debo de aconsejar,
que es una obra delicada
la que hoy voy a explicar.
7
Y así de mis compañeros
consejos pienso tomar.
¿Qué te parece Vicente,
por dónde hemos de empezar?
8
Compañero de mi vida,
pregunta cuanto quisieres,
me parece que principies
por la Virgen de las Nieves.
9
Buena respuesta me has dado,
veremos ahora Julián,
si respondes con cordura
y que consejo me das.
10
Amigo de los amigos
aunque tú no ignores "na",
desde la Virgen de las Nieves
te bajas por la Soledad.
(Si queréis saber señores)
11
Buen consejo me habéis dado
mi parecer pienso dar,
también con las tres personas
de la Santísima Trinidad.
12
Con Padre, Hijo y Espíritu Santo
hemos esta obrar de empezar,
y con el Santísimo Sacramento
la hemos de finalizar.
13
Si queréis ver señores
quién vamos aquí a cantar,
si la memoria me ayuda
pronto los voy a explicar.
14
El primero es Basiliso Castellanos,
que es el guía,
para explicar la pasión
de Jesús y de María.
15
Pues el segundo es Vicente
y de apellido Garijo,
a éste no lo iba a nombrar
que siempre lo tengo fijo
16
Pues el tercero, se llama
Francisco López "el guacho".
Por Dios, señores, decidles
que callen a esos muchachos.
17
El cuarto, por ser más viejo,
se llama Juan Pedro Mora.
Señor matad la langosta,
que ese animal nos devora.
18
El quinto es Rosado López,
también sabe la pasión.
Pero a mí se me figura
que no es de mi comprensión.
19
Si agravio a mis compañeros
pues me habéis de perdonar,
que mi objeto sólo
es la pasión aquí explicar.
20
Y dadles un buen consejo
a todos en general,
a ver si por este medio
pueden la gloria alcanzar.
21
Aunque dicen por el pueblo
que perdí el conocimiento;
el que no lo haya perdido
que se ponga aquí en mi puesto.
22
Con Padre, Hijo y Espíritu Santo
hemos esta obra empezar,
y con el Santísimo Sacramento
la hemos de finalizar.
23
A Julián Bielsa lo nombro,
que aunque no está aquí presente,
me ayudó a explicar
la vida, pasión y muerte.
24
Pues fue el pobre desgraciado, tan sólo tuvo un percance; me lo tienen arrestado y sujeto allí en la cárcel.
25
De los pobres de la cárcel hay que lástima me da, ninguno en el mundo diga de esta agua no beberá.
26
Con Padre, Hijo y Espíritu Santo
hemos esta obra empezar,
y con el Santísimo Sacramento
la hemos de finalizar.
27
Con la Virgen de las Nieves
tenemos que "asegundar",
y luego nos bajamos
por la de la Soledad.
28
Para caminar seguros
nos tienen que acompañar,
todos los Santos y Santas
de la corte celestial.
29
La coplilla más hermosa,
ompañeros se ha olvidado,
Jesús, José y María
ya vienen con Castellanos.
30
Compañeros de mi vida
no tengáis que temer "na";
contigo, Vicente,
San Miguel arcángel va.
31
Y los demás compañeros
parece que vais templando;
al arcángel San Gabriel
también lo lleváis al lado.
32
También San Juan y San Pedro
lo llevo en mi compañía;
y al Ángel de la guarda,
que es el que siempre me guía.
33
Si acaso la tentación
me quisiera perturbar,
con su espada la cabeza
muy pronto le cortará.
34
Y todo el apostolado
viene a nuestra reunión;
y dicen que hay que echar fuera,
todos, a Judas traidor.
35
A quién hemos de temer
con este acompañamiento.
La Santísima Trinidad
dirige este regimiento.
36
Vienen en nuestra compañía
como furiosos leones,
para vencer si se oponen
a todas las tentaciones.
37
Decidme ahora compañeros
¿Qué tal el principio va?,
que si el principio va bien,
licencia pienso tomar.
38
De la sagrada María,
el Santísimo Sacramento
y el divino Redentor
vengan en nuestro valimiento.
39
Para empezar a explicar
a la puerta de esta iglesia;
Señor yo me he propasado,
perdón te pido y licencia.
40
Para empezar a cantar
a la puerta de este templo,
la licencia nos ha dado
el Santísimo Sacramento.
41
También tengo la licencia
del supremo Creador
y de la Virgen María,
que es madre de todo un Dios.
42
Ahora le pido licencia
también al señor Prior,
para poder proseguir
sin llevar ningún temor.
43
También del señor alcalde
he recibido el favor,
para cantar ahora
y luego el día de la Ascensión.
44
Aunque bien sé,
que esta noche nos lo van a criticar
y puede que no sepan
nuestras faltas enmendar.
45
De cuatro partes compongo
tu soberana pasión,
y aquí Señor va explicada
si escuchan con atención.
46
Señor de los cielos y tierra
dadme tu auxilio divino,
para poder explicarme
con el respeto debido.
47
También a mis compañeros
dadles tu divina gracia,
para que seguidme puedan
con la debida observancia.
48
Señor ya sabes cual es
mi intención para ensalzarte,
de sagrada pasión
es la primera parte.
49
Gracia del Espíritu Santo,
Señor necesito ahora,
y a tu madre soberana
pongo por intercesora.
50
Mis compañeros
me siguen con alegría
y digamos con el Ángel:
¡Que Dios te salve María!.
51
Necesito vuestro auxilio
Señor para proseguir;
y al que me escuche esta noche
le haré llorar y reir.
52
Que por nuestro Redentor
y su Madre soberana
diéramos aquí alabanzas,
aunque fueran hasta mañana.
53
Compañeros de mi vida
ya tenemos la licencia,
muy firmes como una roca
y si critican paciencia.
54
De eso no os dé cuidado
que en este mundo lo he visto;
nuestro objeto es explicar
la pasión de Jesucristo.
55
Y dadles un buen consejo
a todos en general,
A ver si por este medio
pueden la gloria alcanzar.
56
Y a los padres de familia
les digo en particular:
¡que escuchen con atención
para sus hijos educar!
57
A cuantos se hallen presentes
pido estéis con atención,
mientras explico los pasos
de Jesús y su pasión.
58
En el nombre de Dios padre
y del soberano Hijo,
voy a explicar la pasión
y muerte de Jesucristo.
59
Y como son tres personas,
pido al Espíritu Santo
me dé su divina gracia
en aqueste breve rato.
60
Sagrada Virgen María, madre del divino Verbo, bajo cuyo patrocinio doy principio a lo que intento.
61
Dulce Jesús de mi vida humilde y manso cordero, que por mi amor padeciste tantas penas y tormentos.
62
Señor hacedme el favor que siga los pasos vuestros; que siguiendo vuestros pasos llevaré camino cierto.
63
Ya veo que me decís, por el sagrado Evangelio, que tome la cruz y os siga, y que me niegue primero.
64
Negadme quiero Señor y la cruz tomo contento, confesando siempre con Vos, por Dios y hombre verdadero.
65
Sólo a vuestra voluntad estaré siempre sujeto, en Vos haré yo mis obras, palabras y pensamiento.
66
Mostradme ahora el camino que nos dé más gusto y contento, que yendo por Vos guiado llegaré a buen puerto.
67
¡Alma! ¿quieres que te enseñe el camino más cierto, que ejerciste cada día?
¡Señor ese es mi deseo!
68
Pues vente a la vida sagrada y ella contemples quiero, los pasos de mi pasión, mis dolores y tormentos.
69
En la primera estación, contempla que estando preso; en poder de Pilatos, un presidente perverso.
70
Más de cinco mil azotes me dieron verdugos fieros, y con coronas de espinas traspasaron mi cerebro.
71
En la segunda estación me verás la cruz poniendo sobre mis hombros, y a voces va diciendo un pregonero.
72
Esta es la justicia y dice: que a Jesús el Nazareno le diesen muerte de cruz, por revolvedor de pueblos.
73
De aquesta suerte me llevan con alboroto y estruendo, porque acuda mucha gente a la voz de un pregonero.
74
En la tercera estación contempla como el madero de la cruz, pesaba tanto que dio a un amigo en el suelo.
75
Y al quererme levantar aquellos verdugos fieros, unos tiran de la soga y otros de barbas y cabellos.
76
Ven a la cuarta estación y verás donde me encuentro a mi soberana madre con gran pena y sufrimiento.
77
Al ver mi querida madre me causó tan gran tormento, que a no aguardarme en la cruz quedara en sus brazos muerto.
78
Sin hablar se me despide que el dolor le tiene presos los acentos de la lengua que de sus ojos sirvieron.
79
Contempla alma en este paso, pues Señor ya lo contemplo; pues vedme siguiendo ahora, voy en vuestro seguimiento.
80
Ven a la quinta estación y verás un Cirineo, al que dan porque ayude a costa de su dinero.
81
No por amor que me tienen sino porque no sea muerto, con el peso de la cruz y se les logre su intento.
82
Ven a la sexta estación y verás que con un lienzo una piadosa mujer limpia mi rostro sangriento.
83
También verás que en tres partes queda ya mi rostro impreso, tres testigos que dan fe de cuanto voy padeciendo.
84
En la séptima estación contempla alma con aspecto, me verás arrodillado por segunda vez en el suelo.
85
Pues en lugar de ayudadme a levantarme, me hicieron mil oprobios, pues me ayudan tirando de mis cabellos.
86
Aquél que más me maltrata tienen ellos por más bueno, pues dicen que de ministro va la obligación cumpliendo.
87
Sígueme alma. ¡Señor! vuestros pasos voy siguiendo, ¿Pésate la cruz? A los principios fue el peso.
88
Mal se me hace liviano Señor, porque considero lo que Vos por mí llevaste de tan excesivo peso.
89
Alma repara y contempla, mira que ahora comienzo a padecer; por tu amor Señor reparo y contemplo.
90
Ven a la octava estación y verás donde salieron unas mujeres llorando porque de mí se dolieron.
91
Hijas de Jerusalén les dije ese sentimiento, esa pena y ese llanto haced por los hijos vuestros.
92
Por mí el llanto está excusado pues lo que voy padeciendo no es por culpa que yo hice sino es por pecados vuestros.
93
En la novena estación rendido caí en el suelo, por llegar tan fatigado con el peso del madero.
94
Besé el suelo con mi boca para que con este ejemplo deseches, alma, de ti los altivos pensamientos.
95
Procuraron levantarme lo mejor que ellos pudieron porque ya rendido estaba sin fuerza, rigor ni aliento.
96
En la décima estación contempla que al redopelo la túnica me quitaron aquellos verdugos fieros.
97
Y como estaba pegada a las llagas que me hicieron, en el cuerpo los azotes renovaron de nuevo.
98
Y mi soberana madre viendo inocente mi cuerpo fue, y con su querida toca fue mis heridas cubriendo.
99
Ven a la oncena estación y verás que me tendieron sobre el ara de la cruz, que está tendida en el suelo.
100
Contempla que la una mano me la clavaron primero y que la otra encorvada no alcanzaron hasta el barreno.
101
Y con los fuertes cordeles, que ataron el brazo izquierdo, tiran y hacen que alcance descoyuntado mi cuerpo.
102
Pies y manos me clavaron con duros clavos sangrientos, aunque son de hierro duro mucho más duro es el yerro.
103
Camina catorce pasos y verás donde pusieron el santo árbol de la cruz con el fruto de mi cuerpo.
104
Allí verás a Moisés y la serpiente en el desierto, que sólo la vista daba la salud a todo el pueblo.
105
También verás de Abraham sacrificando el cordero, aunque lo de Abraham sumo pues Yo soy el verdadero.
106
Contempla como pedí perdón a mi Padre eterno, por todos los que me agravian para que tomen ejemplo.
107
Verás como teniendo sed para beber me trajeron hiel y vinagre, que el hombre no tiene licor más bueno.
108
Dile a mi madre, por hijo a Juan, mi querido dueño y Juan, a mi madre, dile que di el alma al Padre eterno.
109
Aquí dio fin mi pasión, ¡Alma! si contemplas éstos, verás que he dado por ti más que vale tierra y cielo.
110
Ahora de mi pasión contemplar los pasos quiero, meditando en cada uno desde el primero al postrero.
111
En la casa de Pilatos contempla que como reo quedan cinco mil azotes más que muchos, más que menos.
112
Veo sentencia de muerte y más adelante veo que vas con la cruz a cuestas y adelante un pregonero.
113
Ya te contemplo caído con el peso del madero, ya encuentras a tu madre, ya te ayuda un cirineo.
114
Y una piadosa mujer limpia tu rostro sangriento, ya te contemplo caído por segunda vez en el suelo.
115
Pues ya te salen llorando mujeres con grande afecto, y que tercera vez pones tu santa boca en el suelo.
116
Contemplo que te desnudan aquellos verdugos fieros y que ya en la cruz te clavan con los clavos de mis yerros.
117
Contemplo que te levantan en la cruz para que el pueblo te juzgue por malhechor, siendo santo, justo y bueno.
118
Muerto Señor en la cruz fue José de Nicodemo, a bajar el cuerpo santo para procurar su entierro.
119
En los brazos de tu madre, María, a ti te pusieron entonces, siete cuchillos que atravesaron tu pecho.
120
Su santo cuerpo llevaron a un sepulcro, que en un huerto José el de Arimatéa tenía para su entierro.
121
Te depositaron Señor y apareciste ajeno dentro del tercer día, se lo entregas a su dueño.
122
Resucitaste glorioso, subiste triunfante al cielo, donde a la diestra del Padre tienes tu sagrado asiento.
123
Por la sagrada pasión y muerte tuya, te ruego nos des tu divina gracia, que esta es prenda para el cielo. Amén.
124
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen del Carmelo, y a San Antonio de Padua, que sea su compañero.
125
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen de la Antigua; y a San Agustín bendito, porque es patrón de esta villa.
126
Qué mayo le hemos de echar a la Pura Concepción y al Santo Resucitado de la iglesia es el patrón.
127
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen del Rosario, y a San José patriarca, porque lo tiene a su lado.
128
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen de la Encina y al Santo Cristo de San Juan, manojo de clavellinas.
129
La patrona de esta iglesia, la Virgen de la Asunción, y a San Sebastián, por mayo, que está en el altar mayor.
130
Qué mayo le hemos de echar a Santa Rita bendita y al glorioso San Antón porque en esta iglesia habita.
131
Qué mayo le hemos de echar a la triste Soledad y a su Hijo soberano
que la puede consolar.
132
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen de las Nieves y a San Juan Evangelista, me parece que conviene.
133
De la torre me despido y también del campanario, y de ti no me despido Virgen santa del Rosario.
134
De las sogas me despido y también de las campanas, y de ti no me despido del Carmelo Virgen santa.
135
De las bóvedas me despido, de las pesas y el reloj, y de ti no me despido Purísima Concepción.
136
Del órgano me despido y también de la tribuna, y de ti no me despido Virgen santa de la Encina.
137
De las puertas me despido y también de las pilillas, y de ti no me despido Virgen santa de la Antigua.
138
Del púlpito me despido, también del altar mayor, y de ti no me despido Sacro cuerpo del Señor.
139
De la ostia me despido, del cáliz y la patena, pues adiós los corporales quedaos con Dios la hijuela.
140
Del Misal yo me despido también de las vinajeras, pues adiós los candeleros quedaos con Dios las velas.
141
De las cruces me despido también de las campanillas, quedaos con Dios incensarios, pues adiós la sacristía.
142
Quedaos también con Dios aquella redoma y jarra, que para celebrar misa tienen el vino y el agua.
143
Del bonete me despido y de las ropas sagradas, quedaos con Dios las cajas donde están encerradas.
144
Del hisopo me despido con que echan las bendiciones que lleváis en el Señor, con Dios también los faroles.
145
Del palio yo me despido y también del estandarte, de la manga y de la cruz que en la procesión va delante.
146
Adiós pila del bautismo que a todos hace cristianos; con Dios los confesionarios, donde todos confesamos.
147
Del sitial yo me despido donde se sienta el prior, adiós lámpara y el vaso que está alumbrando al Señor.
148
De los altares me despido donde celebran las misas, y también de los escaños de la señora Justicia.
149
Adiós el Resucitado y la Pura Concepción, pues adiós San Agustín, quedaos con Dios San Antón.
150
De San José me despido y también de Santa Rita, adiós San Pedro y San Pablo y San Juan Evangelista.
151
Me despido de San Antonio y del Cristo de San Juan, adiós patrona de la iglesia y también San Sebastián.
152
Adiós Virgen del Rosario, adiós Virgen de la Encina, adiós Virgen del Carmelo, adiós Virgen de la Antigua.
153
Virgen de la Soledad, aunque estás tan escondida, también de Vos me despido, madre triste y afligida.
154
Virgen santa de las Nieves también de Vos me despido aunque estás fuera del pueblo, yo no te he echado en olvido.
155
De las andas me despido, donde celebran los Santos, donde se sientan los hombres, quedaos con Dios los bancos.
156
Quédate con Dios la tumba que estás bajo el campanario, poco a poco y uno a uno todos te los vas llevando.
157
Adiós piedras y ventanas, cuantas tuviere esta iglesia, adiós tejas del tejado, quedaos con Dios veletas.
158
Quédate con Dios cigüeña, no quiero que formes nido; aunque también en él tocan quédate con Dios cimbanillo.
159
Adiós la puerta de delante, adiós la puerta de atrás, adiós la puerta del cierzo con toda la vecindad.
160
De las cerrajas me despido, de las llaves y los clavos, quedaos también con Dios guijarros del empedrado.
161
Quédate con Dios la iglesia, donde cantan a los muertos y bautizan a los niños y se hacen los casamientos.
162
De estos árboles y la cruz del Santísimo me despido, porque sino tendrán queja y clamarán al Dios divino.
Fue compuesto, en 1876, por Basiliso (Fernández-) Castellanos Muñoz (n-1831), a cuya familia (descendientes de Marcelo Castellanos López) debemos su conservación. El texto originario se escribió en forma prosificada. Su finalidad era ser cantado, en las celebra- ciones de la noche de "los mayos" (30 de abril) y la víspera de la Ascensión, por el propio autor y otros vecinos-amigos (Vicente Garijo, Francisco López, Juan Pedro Mora, Rosado López y Julián Bielsa), que menciona en la obra.
Basiliso, a sus 45 años, era un activo folklorista, pues componía coplas, cantaba y tocaba la guitarra; por ello no sería raro que fuera miembro de la rondalla quereña que participó en la boda de Alfonso XII; pues sus rasgos familiares y su edad coinciden bastante con el hombre maduro, cuarentón, de la referida foto-3; máxime si le asociamos, que la mujer que le acompaña, tiene un gran parecido fisico, con otras fotos familiares, de Petra López-Bustos Simón, su futura nuera, que entonces tenía 18 años.

La composición consta de 162 coplas, estructuradas en estrofas de cuatro versos que riman en los pares (2º y 4°), y quedando sueltos los impares.
Por su contenido, podemos dividirla en tres partes: una primera (1-68 coplas) con una presentación larga y redundante del tema central (la Pasión), con peticiones reiteradas de permisos y licencias, así como consejos educativos. La segunda (coplas, 69-123) desarro- lla la temática de la pasión y muerte de Cristo, según las estaciones del Vía crucis. Y la tercera (124-162) la forman un conjunto de "mayos" a las Imágenes religiosas de la loca- lidad (Virgen de la Antigua, de la Encina, del Rosario, de la Asunción, Purísima Concepción, del Carmen, de las Nieves, Soledad, Cristo de San Juan, Cristo Resucitado, San Sebastián, San Antón, San Agustín, San Antonio de Padua, San José, San Juan Evangelista y Santa Rita), así como coplas de despedida de objetos sagrados y ordinarios de la iglesia parroquial (como el reloj de la villa, ubicado en la torre).
Es curiosa la relación de advocaciones existentes en la parroquia, que difieren bastante de las actuales. Así mismo es interesante observar la mentalidad y el lenguaje cotidiano que se refleja en los múltiples versos, de esta escasísima muestra de nuestro folklore lirico, escrita en 1876.
COPLAS DE LA VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE CRISTO
(Basiliso Castellanos Muñoz. Quero, 9 de noviembre de 1876)
1
A la puerta de este templo me acerco para explicar la vida, pasión y muerte del cordero celestial.
2
Diré para dar principio de lo que voy a explicar, sea bendito y alabado el Sacramento del altar.
3
A la pura concebida sin pecado original, desde su primer instante fue su ser natural.
4
A estos finos amantes pido me den licencia, para empezar a cantar a la puerta de esta iglesia.
5
Para empezar esta obra siempre bendito dirás, cuando la hayas concluido también te santiguarás. (Si queréis saber señores)
6
Aunque gran discurso tenga me debo de aconsejar, que es una obra delicada la que hoy voy a explicar.
7
Y así de mis compañeros consejos pienso tomar. ¿Qué te parece Vicente, por dónde hemos de empezar?
8
Compañero de mi vida, pregunta cuanto quisieres, me parece que principies por la Virgen de las Nieves.
9
Buena respuesta me has dado, veremos ahora Julián, si respondes con cordura y que consejo me das.
10
Amigo de los amigos aunque tú no ignores "na", desde la Virgen de las Nieves te bajas por la Soledad. (Si queréis saber señores)
11
Buen consejo me habéis dado mi parecer pienso dar, también con las tres personas de la Santísima Trinidad.
12
Con Padre, Hijo y Espíritu Santo hemos esta obrar de empezar, y con el Santísimo Sacramento la hemos de finalizar.
13
Si queréis ver señores quién vamos aquí a cantar, si la memoria me ayuda pronto los voy a explicar.
14
El primero es Basiliso Castellanos, que es el guía, para explicar la pasión de Jesús y de María.
15
Pues el segundo es Vicente y de apellido Garijo, a éste no lo iba a nombrar que siempre lo tengo fijo
16
Pues el tercero, se llama Francisco López "el guacho". Por Dios, señores, decidles que callen a esos muchachos.
17
El cuarto, por ser más viejo, se llama Juan Pedro Mora. Señor matad la langosta, que ese animal nos devora.
18
El quinto es Rosado López, también sabe la pasión. Pero a mí se me figura que no es de mi comprensión.
19
Si agravio a mis compañeros pues me habéis de perdonar, que mi objeto sólo es la pasión aquí explicar.
20
Y dadles un buen consejo a todos en general, a ver si por este medio pueden la gloria alcanzar.
21
Aunque dicen por el pueblo que perdí el conocimiento; el que no lo haya perdido que se ponga aquí en mi puesto.
22
Con Padre, Hijo y Espíritu Santo hemos esta obra empezar, y con el Santísimo Sacramento la hemos de finalizar.
23
A Julián Bielsa lo nombro, que aunque no está aquí presente, me ayudó a explicar la vida, pasión y muerte.
24
Pues fue el pobre desgraciado, tan sólo tuvo un percance; me lo tienen arrestado y sujeto allí en la cárcel.
25
De los pobres de la cárcel hay que lástima me da, ninguno en el mundo diga de esta agua no beberá.
26
Con Padre, Hijo y Espíritu Santo hemos esta obra empezar, y con el Santísimo Sacramento la hemos de finalizar.
27
Con la Virgen de las Nieves tenemos que "asegundar", y luego nos bajamos por la de la Soledad.
28
Para caminar seguros nos tienen que acompañar, todos los Santos y Santas de la corte celestial.
29
La coplilla más hermosa, compañeros se ha olvidado, Jesús, José y María ya vienen con Castellanos.
30
Compañeros de mi vida no tengáis que temer "na"; contigo, Vicente, San Miguel arcángel va.
31
Y los demás compañeros parece que vais templando; al arcángel San Gabriel también lo lleváis al lado.
32
También San Juan y San Pedro lo llevo en mi compañía; y al Ángel de la guarda, que es el que siempre me guía.
33
Si acaso la tentación me quisiera perturbar, con su espada la cabeza muy pronto le cortará.
34
Y todo el apostolado viene a nuestra reunión; y dicen que hay que echar fuera, todos, a Judas traidor.
35
A quién hemos de temer con este acompañamiento. La Santísima Trinidad dirige este regimiento.
36
Vienen en nuestra compañía como furiosos leones, para vencer si se oponen a todas las tentaciones.
37
Decidme ahora compañeros ¿Qué tal el principio va?, que si el principio va bien, licencia pienso tomar.
38
De la sagrada María, el Santísimo Sacramento y el divino Redentor vengan en nuestro valimiento.
39
Para empezar a explicar a la puerta de esta iglesia; Señor yo me he propasado, perdón te pido y licencia.
40
Para empezar a cantar a la puerta de este templo, la licencia nos ha dado el Santísimo Sacramento.
41
También tengo la licencia del supremo Creador y de la Virgen María, que es madre de todo un Dios.
42
Ahora le pido licencia también al señor Prior, para poder proseguir sin llevar ningún temor.
43
También del señor alcalde he recibido el favor, para cantar ahora y luego el día de la Ascensión.
44
Aunque bien sé, que esta noche nos lo van a criticar y puede que no sepan nuestras faltas enmendar.
45
De cuatro partes compongo tu soberana pasión, y aquí Señor va explicada si escuchan con atención.
46
Señor de los cielos y tierra dadme tu auxilio divino, para poder explicarme con el respeto debido.
47
También a mis compañeros dadles tu divina gracia, para que seguidme puedan con la debida observancia.
48
Señor ya sabes cual es mi intención para ensalzarte, de sagrada pasión
es la primera parte.
49
Gracia del Espíritu Santo, Señor necesito ahora, y a tu madre soberana pongo por intercesora.
50
Mis compañeros me siguen con alegría y digamos con el Ángel: ¡Que Dios te salve María!.
51
Necesito vuestro auxilio Señor para proseguir; y al que me escuche esta noche le haré llorar y reir.
52
Que por nuestro Redentor y su Madre soberana diéramos aquí alabanzas, aunque fueran hasta mañana.
53
Compañeros de mi vida ya tenemos la licencia, muy firmes como una roca y si critican paciencia.
54
De eso no os dé cuidado que en este mundo lo he visto; nuestro objeto es explicar la pasión de Jesucristo.
55
Y dadles un buen consejo a todos en general, A ver si por este medio pueden la gloria alcanzar.
56
Y a los padres de familia les digo en particular: ¡que escuchen con atención para sus hijos educar!
57
A cuantos se hallen presentes pido estéis con atención, mientras explico los pasos de Jesús y su pasión.
58
En el nombre de Dios padre y del soberano Hijo, voy a explicar la pasión y muerte de Jesucristo.
59
Y como son tres personas, pido al Espíritu Santo me dé su divina gracia en aqueste breve rato.
60
Sagrada Virgen María, madre del divino Verbo, bajo cuyo patrocinio doy principio a lo que intento.
61
Dulce Jesús de mi vida humilde y manso cordero, que por mi amor padeciste tantas penas y tormentos.
62
Señor hacedme el favor que siga los pasos vuestros; que siguiendo vuestros pasos llevaré camino cierto.
63
Ya veo que me decís, por el sagrado Evangelio, que tome la cruz y os siga, y que me niegue primero.
64
Negadme quiero Señor y la cruz tomo contento, confesando siempre con Vos, por Dios y hombre verdadero.
65
Sólo a vuestra voluntad estaré siempre sujeto, en Vos haré yo mis obras, palabras y pensamiento.
66
Mostradme ahora el camino que nos dé más gusto y contento, que yendo por Vos guiado llegaré a buen puerto.
67
¡Alma! ¿quieres que te enseñe el camino más cierto, que ejerciste cada día?
¡Señor ese es mi deseo!
68
Pues vente a la vida sagrada y ella contemples quiero, los pasos de mi pasión, mis dolores y tormentos.
69
En la primera estación, contempla que estando preso; en poder de Pilatos, un presidente perverso.
70
Más de cinco mil azotes me dieron verdugos fieros, y con coronas de espinas traspasaron mi cerebro.
71
En la segunda estación me verás la cruz poniendo sobre mis hombros, y a voces va diciendo un pregonero.
72
Esta es la justicia y dice: que a Jesús el Nazareno le diesen muerte de cruz, por revolvedor de pueblos.
73
De aquesta suerte me llevan con alboroto y estruendo, porque acuda mucha gente a la voz de un pregonero.
74
En la tercera estación contempla como el madero de la cruz, pesaba tanto que dio a un amigo en el suelo.
75
Y al quererme levantar aquellos verdugos fieros, unos tiran de la soga y otros de barbas y cabellos.
76
Ven a la cuarta estación y verás donde me encuentro a mi soberana madre con gran pena y sufrimiento.
77
Al ver mi querida madre me causó tan gran tormento, que a no aguardarme en la cruz quedara en sus brazos muerto.
78
Sin hablar se me despide que el dolor le tiene presos los acentos de la lengua que de sus ojos sirvieron.
79
Contempla alma en este paso, pues Señor ya lo contemplo; pues vedme siguiendo ahora, voy en vuestro seguimiento.
80
Ven a la quinta estación y verás un Cirineo, al que dan porque ayude a costa de su dinero.
81
No por amor que me tienen sino porque no sea muerto, con el peso de la cruz y se les logre su intento.
82
Ven a la sexta estación y verás que con un lienzo una piadosa mujer limpia mi rostro sangriento.
83
También verás que en tres partes queda ya mi rostro impreso, tres testigos que dan fe de cuanto voy padeciendo.
84
En la séptima estación contempla alma con aspecto, me verás arrodillado por segunda vez en el suelo.
85
Pues en lugar de ayudadme a levantarme, me hicieron mil oprobios, pues me ayudan tirando de mis cabellos.
86
Aquél que más me maltrata tienen ellos por más bueno, pues dicen que de ministro va la obligación cumpliendo.
87
Sígueme alma. ¡Señor! vuestros pasos voy siguiendo, ¿Pésate la cruz? A los principios fue el peso.
88
Mal se me hace liviano Señor, porque considero lo que Vos por mí llevaste de tan excesivo peso.
89
Alma repara y contempla, mira que ahora comienzo a padecer; por tu amor Señor reparo y contemplo.
90
Ven a la octava estación y verás donde salieron unas mujeres llorando porque de mí se dolieron.
91
Hijas de Jerusalén les dije ese sentimiento, esa pena y ese llanto haced por los hijos vuestros.
92
Por mí el llanto está excusado pues lo que voy padeciendo no es por culpa que yo hice sino es por pecados vuestros.
93
En la novena estación rendido caí en el suelo, por llegar tan fatigado con el peso del madero.
94
Besé el suelo con mi boca para que con este ejemplo deseches, alma, de ti los altivos pensamientos.
95
Procuraron levantarme lo mejor que ellos pudieron porque ya rendido estaba sin fuerza, rigor ni aliento.
96
En la décima estación contempla que al redopelo la túnica me quitaron aquellos verdugos fieros.
97
Y como estaba pegada a las llagas que me hicieron, en el cuerpo los azotes renovaron de nuevo.
98
Y mi soberana madre viendo inocente mi cuerpo fue, y con su querida toca fue mis heridas cubriendo.
99
Ven a la oncena estación y verás que me tendieron sobre el ara de la cruz, que está tendida en el suelo.
100
Contempla que la una mano me la clavaron primero y que la otra encorvada no alcanzaron hasta el barreno.
101
Y con los fuertes cordeles, que ataron el brazo izquierdo, tiran y hacen que alcance descoyuntado mi cuerpo.
102
Pies y manos me clavaron con duros clavos sangrientos, aunque son de hierro duro mucho más duro es el yerro.
103
Camina catorce pasos y verás donde pusieron el santo árbol de la cruz con el fruto de mi cuerpo.
104
Allí verás a Moisés y la serpiente en el desierto, que sólo la vista daba la salud a todo el pueblo.
105
También verás de Abraham sacrificando el cordero, aunque lo de Abraham sumo pues Yo soy el verdadero.
106
Contempla como pedí perdón a mi Padre eterno, por todos los que me agravian para que tomen ejemplo.
107
Verás como teniendo sed para beber me trajeron hiel y vinagre, que el hombre no tiene licor más bueno.
108
Dile a mi madre, por hijo a Juan, mi querido dueño y Juan, a mi madre, dile que di el alma al Padre eterno.
109
Aquí dio fin mi pasión, ¡Alma! si contemplas éstos, verás que he dado por ti más que vale tierra y cielo.
110
Ahora de mi pasión contemplar los pasos quiero, meditando en cada uno desde el primero al postrero.
111
En la casa de Pilatos contempla que como reo quedan cinco mil azotes más que muchos, más que menos.
112
Veo sentencia de muerte y más adelante veo que vas con la cruz a cuestas y adelante un pregonero.
113
Ya te contemplo caído con el peso del madero, ya encuentras a tu madre, ya te ayuda un cirineo.
114
Y una piadosa mujer limpia tu rostro sangriento, ya te contemplo caído por segunda vez en el suelo.
115
Pues ya te salen llorando mujeres con grande afecto, y que tercera vez pones tu santa boca en el suelo.
116
Contemplo que te desnudan aquellos verdugos fieros y que ya en la cruz te clavan con los clavos de mis yerros.
117
Contemplo que te levantan en la cruz para que el pueblo te juzgue por malhechor, siendo santo, justo y bueno.
118
Muerto Señor en la cruz fue José de Nicodemo, a bajar el cuerpo santo para procurar su entierro.
119
En los brazos de tu madre, María, a ti te pusieron entonces, siete cuchillos que atravesaron tu pecho.
120
Su santo cuerpo llevaron a un sepulcro, que en un huerto José el de Arimatéa tenía para su entierro.
121
Te depositaron Señor y apareciste ajeno dentro del tercer día, se lo entregas a su dueño.
122
Resucitaste glorioso, subiste triunfante al cielo, donde a la diestra del Padre tienes tu sagrado asiento.
123
Por la sagrada pasión y muerte tuya, te ruego nos des tu divina gracia, que esta es prenda para el cielo. Amén.
124
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen del Carmelo, y a San Antonio de Padua, que sea su compañero.
125
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen de la Antigua; y a San Agustín bendito, porque es patrón de esta villa.
126
Qué mayo le hemos de echar a la Pura Concepción y al Santo Resucitado de la iglesia es el patrón.
127
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen del Rosario, y a San José patriarca, porque lo tiene a su lado.
128
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen de la Encina y al Santo Cristo de San Juan, manojo de clavellinas.
129
La patrona de esta iglesia, la Virgen de la Asunción, y a San Sebastián, por mayo, que está en el altar mayor.
130
Qué mayo le hemos de echar a Santa Rita bendita y al glorioso San Antón porque en esta iglesia habita.
131
Qué mayo le hemos de echar a la triste Soledad y a su Hijo soberano
que la puede consolar.
132
Qué mayo le hemos de echar a la Virgen de las Nieves y a San Juan Evangelista, me parece que conviene.
133
De la torre me despido y también del campanario, y de ti no me despido Virgen santa del Rosario.
134
De las sogas me despido y también de las campanas, y de ti no me despido del Carmelo Virgen santa.
135
De las bóvedas me despido, de las pesas y el reloj, y de ti no me despido Purísima Concepción.
136
Del órgano me despido y también de la tribuna, y de ti no me despido Virgen santa de la Encina.
137
De las puertas me despido y también de las pilillas, y de ti no me despido Virgen santa de la Antigua.
138
Del púlpito me despido, también del altar mayor, y de ti no me despido Sacro cuerpo del Señor.
139
De la ostia me despido, del cáliz y la patena, pues adiós los corporales quedaos con Dios la hijuela.
140
Del Misal yo me despido también de las vinajeras, pues adiós los candeleros quedaos con Dios las velas.
141
De las cruces me despido también de las campanillas, quedaos con Dios incensarios, pues adiós la sacristía.
142
Quedaos también con Dios aquella redoma y jarra, que para celebrar misa tienen el vino y el agua.
143
Del bonete me despido y de las ropas sagradas, quedaos con Dios las cajas donde están encerradas.
144
Del hisopo me despido con que echan las bendiciones que lleváis en el Señor, con Dios también los faroles.
145
Del palio yo me despido y también del estandarte, de la manga y de la cruz que en la procesión va delante.
146
Adiós pila del bautismo que a todos hace cristianos; con Dios los confesionarios, donde todos confesamos.
147
Del sitial yo me despido donde se sienta el prior, adiós lámpara y el vaso que está alumbrando al Señor.
148
De los altares me despido donde celebran las misas, y también de los escaños de la señora Justicia.
149
Adiós el Resucitado y la Pura Concepción, pues adiós San Agustín, quedaos con Dios San Antón.
150
De San José me despido y también de Santa Rita, adiós San Pedro y San Pablo y San Juan Evangelista.
151
Me despido de San Antonio y del Cristo de San Juan, adiós patrona de la iglesia y también San Sebastián.
152
Adiós Virgen del Rosario, adiós Virgen de la Encina, adiós Virgen del Carmelo, adiós Virgen de la Antigua.
153
Virgen de la Soledad, aunque estás tan escondida, también de Vos me despido, madre triste y afligida.
154
Virgen santa de las Nieves también de Vos me despido aunque estás fuera del pueblo, yo no te he echado en olvido.
155
De las andas me despido, donde celebran los Santos, donde se sientan los hombres, quedaos con Dios los bancos.
156
Quédate con Dios la tumba que estás bajo el campanario, poco a poco y uno a uno todos te los vas llevando.
157
Adiós piedras y ventanas, cuantas tuviere esta iglesia, adiós tejas del tejado, quedaos con Dios veletas.
158
Quédate con Dios cigüeña, no quiero que formes nido; aunque también en él tocan quédate con Dios cimbanillo.
159
Adiós la puerta de delante, adiós la puerta de atrás, adiós la puerta del cierzo con toda la vecindad.
160
De las cerrajas me despido, de las llaves y los clavos, quedaos también con Dios guijarros del empedrado.
161
Quédate con Dios la iglesia, donde cantan a los muertos y bautizan a los niños y se hacen los casamientos.
162
De estos árboles y la cruz del Santísimo me despido, porque sino tendrán queja y clamarán al Dios divino.
BIBLIOGRAFÍA:
- Castellanos Muñoz Basiliso. COPLAS DE LA VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE CRISTO. Manuscrito de 1876. Quero.
- Ruiz Castellanos Alfonso. QUERO, UNA VILLA MANCHEGA EN LA HISTORIA. Toledo, 2000.
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